Soltaré tu mano porque mi corazón anda marchito, un viejo amor le hizo daño, arrebató la astucia de sus años y se bebió lo que le hacía respirar. Dime tú si eres zurcidor del alma, me quitaras acaso la sed que habita en mi ? Marchita está mi desesperanza. Anda ven amárrame a tus besos, concédele al deseo una noche entera de placer, quizás así pueda olvidar aquel que se llevó mi alegría. Restaurame la vida y quita para siempre este dolor.
Evelyn Navit
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