Precisamente ahora que te veía a millas de mi,
Y me sentía Victoriosa, ahora que la poca cordura que dejastes me guiaba a tu secreto,
ahora que ya me estaba sacudiendo de todo lo que con propósito o sin él, en mi sembrastes, ahora que no queda lágrima que recoger, ni botones de sonrisas, ni malicia.
Ahora que pensé haberte sobrevivido,
llega tu dolor y me visita.
Aderet Ela
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